Aquí ha llegado calentita la crónica de Luis de la excursión por Navarra...
"Aunque la distancia pudiera parecer un gran impedimento, casi una treintena de socios de Asturcón se desplazaron a Navarra para realizar dos rutas de gran belleza, por Irati y Quinto Real.
De la mano de Alfonso, Javito y Toni, que prepararon a conciencia las rutas a la medida de lo que nos gusta, empezó esta gran odisea, que juntó el sábado a 45 personas entre Asturianos, Leoneses, Navarros, Maños, Catalanes, Vascos y un chaval de Benavente.
Debido a semejante pelotón, se optó por modificar la ruta del sábado, buscando caminos más cómodos y sencillos, que no por ello menos impresionantes. Empezamos con una suave subida por un bosque de hayas, donde la espectacularidad del terreno nos hizo olvidar por completo los desniveles. Una vez arriba ya pudimos contemplar todo el colorido en su conjunto. La bajada nos introdujo de nuevo en el bosque, que a los de casa nos trajo lejanos recuerdos de la bajada a Brañagallones, aunque “con menos barro”.
Después nos esperaban unos cuantos kilómetros de pistas y senderos entre bosques, por zonas más turísticas y conocidas, que adormilaron la marcha a golpe de fotos .
Fue después de comer cuando se revolucionó la ruta. En un momento de indecisión, y ante la perspectiva de endurecer el trayecto, el abuelo no dudó un momento en atacar la variante dura, siendo secundado de inmediato por la mayoría del club. Los aborígenes, sin dar crédito a lo que veían, no tardaron en seguirnos, saliéndonos así de los trayectos convencionales, para adentrarnos en solitarios valles, que nos llevarían hasta la misma frontera francesa.
Después de varios collados y algún “paseo” con la bici al hombro, intersectamos el Camino de Santiago, que no dejaríamos ya hasta el final de la ruta. La bajada por dicho camino hacia Roncesvalles fue algo impresionante, con la bici hundiéndose por tubos de hojas, en unos senderos vertiginosos.
Al final, 75 km y casi 1800 mts de desnivel. Al llegar se descorchó la sidra y se abrió el cabrales, para una primera recuperación antes de la cena.
La mañana siguiente llovía en Navarra con poca intensidad. Aun así, el cansancio del día anterior y los rigores de la noche (más bien lo segundo), dejaron a la mitad del personal en la cama. No sabían lo que se iban a perder (alguno se olió una ruta impresionante y no dudó en subirse a la bici, aun borracho de pacharán).
La ruta se desarrolló por la zona de Quinto Real, por viejos senderos y pistas abandonadas . En todo momento nos acompañaron los bosques de hayas, cuyas hojas hacían desaparecer el camino constantemente. Aunque no llovió durante la ruta, la tormenta de la noche dejó bastante agua en el terreno, lo que dificultó la tracción y el cruce de los regatos .
Una vez completada la larga subida, empezamos a bajar progresivamente, por sendas resbaladizas , que disfrutábamos tanto con las monturas como con las vistas. Hasta unos “asturcones” del lugar se acercaron a contemplar el paso de la comitiva.
Así acabamos la ruta, todos con bastante cansancio y bien cargados de barro, pero con gran satisfacción por los paisajes contemplados; de cabeza al bus.
Mi vuelta a casa fue bastante más rápida y cómoda, pero puedo decir sin temor a equivocarme, que los que completaron ambas rutas dieron por buenas esas horitas metidos en el minibús de Jano.
Luis"
Gracias compañero!!!!
Promo Trincheras 2018
Hace 6 años
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